Revoloteo intentando encontrar un resquicio por donde salir.
Una y otra vez. Así hasta que agotado por la resistencia y
sobretodo por el largo viaje, me acurruco en una esquina.
El cansancio se apodera de todo mi cuerpo y al poco tiempo,
un sopor me invade.
me encuentro mucho mejor.
por mí futuro incierto.
Sobre mi cabeza un rayo de luz entra por un rendija que cada
vez
me
Es la que me
La clara luz de la mañana hiere mis ojos acostumbrados a la
oscuridad durante muchas horas.
Este humano no se que hace.
Primero me a dejado algo agarrado
de metal con unos extraños signos.
jeroglíficos en una hoja. Me abre el ala.
regla. "¡Repiiiiiio! que fría está".
de colocarme panzarriba.
Y por si fuera poco, me mete la cabeza en un
"Este me quiere asfixiar".
No se donde esta, el que.
inmóvil. Estoy posado, con
mas pequeña, pero tibia y firme.
me siento suelto y con toda
******************************************************
Este pequeño cuento, que ni es cierto ni es ficción, quiere ser
un humilde homenaje a todas estas estupendas personas que
dedican gran parte de su vida al maravilloso e inmenso
mundo de las aves.
******************************************************
No hay comentarios:
Publicar un comentario